martes, 8 de marzo de 2011

Postoperatorio

Como os decía, estamos de comuna hippy en casa de mis padres. De un día para otro me he convertido en marquesa. Me hacen la comida (buenísima, por cierto), me llevan y recogen a los niños del cole, me miman, tengo chófer y acompañante las 24 horas del día, me riñen si hago algo…., en fin, que me están malcriando a base de bien.
Ni mis padres ni mis hijos quieren oír hablar de marcharnos a casa. Por mucho trabajo que demos, a mi madre le va mejor tenernos en su casa y a mi padre los niños le dan vida. Los niños están encantados y además, los domingos van a casa de la otra abuela y se lo pasan pipa con sus tíos y primos. Siempre podemos aprender de los niños, aprovechan lo bueno de cualquier situación. Mi marido y yo teníamos pensado irnos cuando me quitaran los puntos, pero somos 2 contra 5 y ya que nos ayudan, debemos adaptarnos a la comodidad de los demás. Total que al final decidimos esperar hasta que el oncólogo me diga el tratamiento que debo seguir.
El postoperatorio va bien. Todas las mañanas ha venido Silvia, la enfermera de la UHD a curarme y a vigilarme el drenaje. Ahora puedo confirmar de primera mano, que forman un equipo fabuloso. El martes 22, tenía cita con el Dr. Marcato para controlar la cirugía. Aún no estaba el informe definitivo de patología, pero como ya se sabía que necesitaría tratamiento, me hizo la interconsulta para ir al oncólogo. También me dio cita para quitar los puntos con el Dr. Verdes y otra cita más con mi primer cirujano, para seguir controlando la operación.
Las suturas estaban muy bien y me quitó el drenaje. Por tanto, ya no necesitaba los servicios de la UHD. Aún así, el Dr. Mario me llamó por teléfono para saber cómo iba y el miércoles vinieron a hacerme el último control. Como mi hijo David, el mayor estaba en casa, recibió una clase espectacular de medicina a cargo de Miriam (contaron los puntos, controlaron mis pulsaciones y saturación de oxígeno y utilizó el fonendoscopio para escuchar su corazón). Que paciencia y que sol!!!!!!!
Quitarme el drenaje ha sido una liberación, que a gusto me he quedado!!!!!! Pero a los cuatro días, el sábado, empezó a hincharse la herida de la axila (últimamente voy de bulto en bulto, jajajajaja). Esperé al lunes 28 que tenía la cita con el cirujano, el Dr. Verdes. Resulta que es un seroma, o sea, acumulación de líquido. Suele ser una complicación frecuente en el postoperatorio de la linfadenectomía. Me sacó 50 ml de líquido y me dejó los puntos, yo ya empezaba a ver las estrellitas esas que preceden a un mareo de los míos. El chico, no me hizo ningún daño, pero yo con la edad, pierdo el sentido por cualquier cosa.
Me vestí y el alivio fue instantáneo. Empecé a preguntar por los resultados de la biopsia, se suponía que ya estaban. Es curioso, todos los médicos primero me preguntan qué es lo que yo sé, antes de soltar prenda. Supongo que dar según qué resultados no es plato de buen gusto y más cuando no es un paciente tuyo directo. Bien, me comunicó algún detalle más, pero todo va en cuentagotas.  De todas formas ya me confirmó que necesitaría radioterapia y quimioterapia, porqué de los nueve ganglios que me sacaron, dos estaban afectados. También me explicó que gracias al tipo o forma de tumor y las características de mis pechos, pudieron realizar una cirugía conservadora. ¡Mira por dónde! Siempre me había quejado del tamaño de mis pechos y ahora resulta que una talla de más ha servido para evitar una mastectomía. ¡Ah! y también parece ser que no necesitaré más intervenciones.
Aunque el cirujano ya me había dicho que haría probablemente tumerectomía y linfadenectomía, cuando entré en quirófano, no pensaba en si me iban a quitar o no el pecho. Eso no me preocupaba en ese momento, por mí, que quitaran lo que hiciera falta. De todos modos, una vez en frío, agradeces que haya sido así. Supongo que enfrentarme a una mastectomía añadida, no es lo mismo que quitarme un trocito de pecho.
Me gusta tener las cosas claras, cuando pregunto estoy dispuesta a oír lo que sea, bueno o malo, pero necesito saberlo.
El miércoles 2 de marzo acudí a urgencias. El Dr. Verdes me indicó que si surgía alguna complicación así lo hiciera. No era nada del otro mundo, pero me he vuelto una gallina ponedora y ya tenía otra vez el huevo puesto en la axila. Me atendió otra cirujana, muy maja también. Decidió quitarme los puntos y no tocar el seroma. Me comentó que cuanto más se pincha más riesgo de infección hay, así que, dejamos el “huevo” incubando.
De momento, estoy muy animada. Es el único medicamento que puedo autorecetarme yo misma, funciona y los efectos secundarios son de los buenos. Y por si no me acuerdo de tomármelo, mi familia y mis amigos me lo inyectan a raudales.
El jueves 3, tengo visita con el oncólogo, el Dr. Carlos Rodríguez. Es el mismo doctor que lleva a mi padre, o sea que iremos en pareja. Me gustaría más irme a pescar con él, pero de momento es lo que hay. Ya os contaré.

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