viernes, 1 de abril de 2011

Pelillos a la mar

El domingo por la noche, al acostarnos, David empezó a preguntarme (es su hora preferida para hablar conmigo): Mami, ¿cuándo dejará de caerse tu pelo? Pues mira, hasta junio, más o menos, seguiré con el medicamento, así que yo creo que la semana que viene ya me lo cortaré, porque ya me queda muy feo. Después poquito a poco empezará a crecer. Y tan natural me contestó: mami, porque no te “calvas” ya, que tanto pelo es un rollo. No le faltaba razón, me pasaba el rato quitando pelos de la ropa y de todos lados. Bueno, no te preocupes, un día de estos ya me lo rapo. Y después de unos minutos más de charla, nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente, me tocaba la segunda sesión de quimio. Me duché y la cantidad de pelo que se me cayó fue alucinante. Me puse una gorra negra muy chula que me compré, porqué la raya del pelo parecía la carretera de San Antonio y además tenía, huecos que parecían párquines disuasorios y las rotondas de la carretera de San José. Total, me dije, hoy en cuanto pueda me paso la “moto”. Justo este día tenía un montón de cosas: quimio, planificación familiar, fútbol…… así que hasta las 6’30 de la tarde no tuve un minuto. Una vez en casa le dije a los niños: chicos, me voy a rapar el pelo, ¿quién quiere ayudarme? Vinieron todos corriendo. Y así lo hicimos, tuve nada más y nada menos que 6 estilistas a mi servicio: mi madre, mi hermana, mi marido y los tres peques. Teníamos que haberlo grabado, fue muy divertido. Todos pasaron la máquina y entre pasada y pasada, según me iba quedando el peinado yo imitaba a Sara Montiel con la raya en medio cantando el “fumando espero” o a Masiel, cantando el “la la la” o gritaba “Gerónimooooooooo”. Nos reímos un montón. Para el último retoque, Paula me llenó la cabeza de espuma de afeitar y mi marido me pasó la maquinilla. Creo que la participación de los niños fue una buena idea. De esta manera la impresión no es tan grande. Bueno, a Jordi, le afectó un poco más. Al día siguiente no quería que me acercase a él cuando no llevaba nada en la cabeza, pero el jueves ya quería que les enseñase la calva a sus amigos del cole. Menos mal, porque por casa me gusta ir sin nada, es más cómodo. Como son las cosas, unos añitos atrás, allá por la adolescencia, estaba llenita de complejos y ahora, me encuentro guapa hasta pelona. (Tendré que vigilar esta nueva faceta no se me vallan a subir demasiado los humos!!!!!).
Ya he visitado la Asociación Española Contra el Cáncer de Ibiza. Primero hablé con la trabajadora social, que además es la mama de una nena que va a la guardería con Paula, me explicó todos los servicios o ayudas que te ofrecen y me buscó un montón de información. El martes estuve con la psicóloga, me apetecía mucho hablar con ella. Aunque estoy muy animada y creo que lo llevo muy bien, a veces se nos pueden pasar cosas por alto y cualquier cosa que me pueda ayudar a mí o a mi familia, me parece genial. Ya había oído hablar de la Asociación, pero quedé gratamente sorprendida. Creo que una de las cosas que deberían dar a conocer a los enfermos de cáncer y a los familiares junto con el diagnóstico, es la existencia de la Asociación. Cada uno es libre de acudir allí, pero al menos, saber que está a su disposición, que mucha gente se entera muy tarde. Aquí os dejo el enlace, dónde hay mucha información, teléfonos gratuitos, noticias, etc: